Algo que Valga la Pena, V Parte.
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Algo que Valga la Pena, V Parte.

13 de Noviembre, 1996. 
4:30 a.m. 

Llegamos al lugar que teníamos registrado como el refugio de uno de los cabecillas, estuvimos esperando cerca de una hora, en la cual vimos a tipos que entraban y salían de la casa y que cumplían los requisitos para ser parte de esa banda: eran feos, bestiales, tenían piel y metal a la par en la cara pero, sobretodo, reconocí al tipo que encabezaba a los del antro aquel. Cuando vimos llegar a nuestro hombre, el primer punto a favor de las palabras de Paco lo dio un visor infrarrojo, nos mostró que todos los presentes irradiaban calor, menos el jefe ya que era un Vampiro ósea un cadáver “vivo” por lo cual no emitía calor. Bien, Paco tenía un punto a su favor. 

En esa ocasión hicimos un trato, cada cual a su estilo, nada de popotes. 
Todos de acuerdo.
Listos.
A trabajar.

Paco abrió el camino usando uno de esos juguetes que alcanzamos a sacar de la base militar, Anita acabo de barrer la entrada con una cosa a la cual se le perdonaba el escándalo que hacía, Paúl se percató de la presencia de dos ‘francotiradores’ y sin pedir permiso los acabo con un par de navajas recién afiladas, yo al sentirme tan seguro con esos refuerzos a mi espalda entré caminando por lo que quedaba de la puerta principal. Al llegar a la estancia me llevé otra sorpresa (ya estaba hasta la madre de saber casi nada). Vi a nuestros supuestos “nuevos amigos” sentados con el cabecilla de esa cuadrilla, platicando como si nada estuviese pasando, me les quedé viendo con asombro y sólo se miraron entre ellos, detrás de ese panorama habían siete u ocho cosas que no sé si eran humanos, demonios, o que putas madres, pero de que respiraban y se movían no había duda, y pegaban duro. Cuándo me disponía a atacarlos el tal Erick fue el primero en recibir mis balas, pero cuando la primera impactó sobre él solamente preguntó -¿Eres estúpido?- y se lanzó en contra de las cosas que estaban detrás de ellos transformándose al instante en algo igual de feo o incluso mas, Astaroth y Logan se arrojaron en contra del jefe, pero fueron interceptados por la alfombra… ¿la alfombra? Sí, la puta alfombra estaba viva, por más irreal que suene, los muebles de esa jodida casa parecían tener vida, mientas ellos se batían en duelo contra todo Myrsa terminaba su copa y se limpiaba los labios, en cuanto puso la servilleta en lo que había sido la mesa de centro una oscuridad llenó el lugar, se dejaron de escuchar los balazos, los gritos, los chillidos, nada se percibía… por un momento comencé a desesperarme, nervios y ansia se acumulaban en mí, pero a la vez sentí una paz que me impidió perderme en medio de la desesperación, no podía siquiera moverme, pero sabía que todo estaba bien, la oscuridad, el silencio, todo estaba bien.

Cuando la luz regresó todo estaba destrozado, vísceras y cenizas por todas partes y un pequeño regalo. Junto a mi estaba una de las cosas horrendas que atacaron a mis cuatro aliados, muerta y con una nota clavada en su lomo, simples palabras que no entendí al instante “Observa y cree”, en ese momento vi como el jefe estaba clavado a una de las paredes, mis compañeros estaban inconscientes pero reposando en los muebles, el sol apareció y un grito peor al de un cerdo siendo asesinado salió de la piltrafa que era el jefe. Su cuerpo estalló en cenizas y fuego, lo que hizo que Paco despertará, sólo me vio y sonriendo se desmayó otra vez.

Con las pocas fuerzas que tenía me dediqué a subirlos a la camioneta y los llevé a casa de mis padres. 
Caí rendido.

Entre la Cocina y la Sala
3:00 p.m.

Me despertó el dulce aroma de una carne asada, cerveza y las risas de mis padres, estábamos todos en el jardín, reíamos y disfrutábamos las historias de Paco de aquel entonces cuando estaba en sus misiones secretas, Anita y Rick estaban practicando sus disparos en contra de las ratas que salían de la bodega mientras que Marty se dedicaba a enseñarles a sus sobrinos como debían de comportarse, el viejo André no podía dejar que el coche de papá siguiera haciendo ese ruido extraño que salía del motor así que estaba esmerándose para que su cerveza no se calentara antes de que él terminase y yo me encontré despertando en el regazo de Alyn… todo era perfecto, pero en mi mente rondaban los recuerdos de los días anteriores, esos niños sin rostro me hicieron levantarme del regazo de mi amada con ansias de gritar, pero conteniéndome con el único fin de no dejar salir esa ira, pues no era el momento, las risas de mis padres convertidas en gritos me hicieron caer al suelo tapándome los oídos, una ira que poco a poco iba creciendo salía por mi piel como fuego, comencé a calcinar a todos los seres con los que había contado, a todos aquellos que les había entregado mi confianza y los que me habían dado lo mismo, yo los maté, en medio de mi llanto y esas visiones retorcidas, pero lo más raro fue que sólo encontré paz en medio de esa oscuridad que por poco me hace caer en el delirio de la demencia. La oscuridad fue lo único que me calmó, esa oscuridad que tanto temía de pequeño era ahora mi refugio.

… La paternal cachetada de André me despertó.

Ahí estaban todos, o los que quedaban cerca, André tenía las manos llenas de tierra lo cual sólo me decía una cosa -¿Quién?- Le pregunté, -Recibimos un paquete. Alyn no está muy bien- la caja que André aventó cayó en mis piernas, una parte de la mujer que amaba estaba ahí en medio de papel periódico y algodón. En ese momento y conteniendo la ira del sueño me levanté de un salto, ya todos estaban listos, sólo unas vendas tapaban algunas heridas, pero por lo demás ya estaban listos. 

Salimos con un poco de prisa ya que la noche no tardaba en caer.
 
Entramos a un departamento de esos de lujo en ‘Golden Coast’, sólo había una bella jovencita cuidando el lugar, no la detectamos como un vampiro pero Anita que siempre había odiado a esas ‘muñequitas de aparador’ recordó lo que Paco nos dijo de los ‘ghouls’ así que sin preguntas le voló la cabeza de un disparo. Encontramos el ataúd del jefe en un cuarto que estaba cerrado con llave, con todo el cuidado del mundo lo llevamos al balcón y lo pusimos al sol, en el momento que el astro rey tocó su piel éste se despertó y comenzó a chillar como una bestia, todos lo observamos atentos… fueron sólo unos instantes, segundos, pero me perdí en ese instante, me perdí en un momento de magia y muerte, como si las llamas bailaran acariciaran la piel muerta y pútrida en una seducción mortal, ellas me llamaban y me decían ‘gracias’ de una forma muy rara, de pronto todas entraron en el cuerpo de esa criatura y sin más explotó. Ahí aprendimos a llevar lentes y muchos pañuelos también.

Revisando la casa encontramos más direcciones y algunos de los planes que tenían, como el asesinato de un senador, y el robo a un par de iglesias y casas, supusimos que eran cosas de ellos, sus negocios, así que los molestaríamos en cosas que les importasen más que perder a un par de sus criados.

 

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