Si hablamos de rol, hablamos de… El bien y el mal
Que onda hermanos roleros, hoy los saludamos desde el punto intermedio entre el cielo y el infierno. Hablo de nuestro propio plano, donde convergen las dos caras de un mismo mundo, lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, la salvación o la perdición, en ti está hacia que lado te inclines.
Se dice que en este mismo plano hay muchos otros, todas las posibles decisiones que pudiste haber tomado y, dentro de esas posibilidades, hay dos variables: hacer el bien o hacer el mal.
El bien o “lo bueno”, se puede interpretar como las cosas que quieres, lo deseable, lo que favorece el logro de un objetivo; y en cambio, “lo malo” es todo lo que lo impide. El hombre busca la felicidad, y el bien es lo que permite llegar a esta, mientras que el mal es lo que lo impide. John Locke dijo: “Aquello que tiene la capacidad de producirnos placer es lo que llamamos un bien, y lo que tiene capacidad de producirnos dolor lo llamamos mal”. El bien es lo que uno desea y el mal es lo que no desea para si mismo.
El dualismo es la doctrina que afirma la existencia de dos principios supremos, increados, contornos, independientes, irreductibles y antagónicos, uno del bien y otro del mal, por cuya acción se explica el origen y evolución del mundo.
La religión maniqueista, a semejanza de los gnósticos, mandeos y mazdeístas, eran dualistas: creían que había una eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles, el Bien y el Mal, que eran asociados a la Luz (Zúsban) y las Tinieblas (Ahrimán) y, por tanto, consideraban que el espíritu del hombre es de Dios pero el cuerpo del hombre es del demonio.
El Mal es un ente que ha acompañado a la existencia del hombre, desde tiempos remotos y en todas las eras de la historia. La existencia del bien no tiene razón de ser, sin el mal de por medio. Sea representado por personas, cosas o ciudades, el mal es un elemento metafísico que el hombre mismo forja cuando toma decisiones y que, generalmente, encierra aspectos bastante negativos.
Otras religiones, como la judía y la cristiana, contemplan la historia del mundo como una lucha titanica entre el Bien y el Mal, simbolizada como un enfrentamiento entre Dios y Satanás. De ahí que se promueve la virtud, como camino del Bien, y se combate al pecado, como camino del Mal. Incluso las profecías bíblicas predicen, para el futuro, el triunfo definitivo del Bien sobre el Mal.
Sin embargo, no todo el mal necesariamente repercute en tu persona, ciertamente es algo negativo, pero depende de a quien afecta ese mal; lo que para alguien es malo, para otra persona puede ser bueno, por ejemplo, Gengis Kan fue un aristócrata mongol que unificó las tribus nómadas del norte de Asia, fundando el primer Imperio Mongol. Bajo el liderazgo del Gran Kan, los mongoles conquistaron un vasto territorio y extendieron su dominio, desde Europa Oriental hasta el oceano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia, la India e Indochina. Esto no fue malo para los mongoles, al contrario, fue un momento de expansión, riqueza y estabilidad cultural, sin embargo, para los pequeños poblados conquistados, significó pérdidas en su cultura, economia, muerte, miedo, sumisión. Lo mismo sucede con los Romanos, los Macedonios, los Aztecas; bueno para unos, malo para otros.
Al final, no hay decisiones buenas o malas, solo consecuencias de estas, pero en ese momento, la que tomes será la mas acertada, las consecuencias tal vez las podrias calcular, pero no precisar, lo que realmente importa es ser consciente.
Tomar una buena decisión requiere el conocimiento del bien y el mal; la elección es tuya. Tira los dados…