Intrusos
Los demonios de nuestra infancia, si no los encaramos, pueden infiltrarse en la vida de una familia y perdurar de una generación a la siguiente.
Juan (Izán Corchero) es un niño de siete años que vive en un barrio humilde de Madrid al que le encanta inventar tantas historias que quienes lo rodean creen que el poder de su imaginación es preocupante. Mia (Ella Purnell) es una adolescente de doce años que vive en Londres y está en plena transición hacia el mundo adulto. Mientras que Juan tiene pesadillas por las noches en las que un intruso sin rostro lo ataca salvajemente sin que Luisa (Pilar López de Ayala), su madre, pueda hacer algo para evitarlo, Mia descubre la leyenda de un espíritu temible cuando lee a sus compañeros de clases el misterioso cuento de Carahueca, un monstruo obsesionado con los niños.
Ese mismo día, John Farrow (Clive Owen), su padre, sufre un accidente en el rascacielos en construcción en el que trabaja. Aunque nadie puede verlo, Carahueca tiene muchos años de estar acechando en la oscuridad y alrededor de las esquinas, buscando amor desesperadamente aunque sólo sabe producir miedo y propagarlo. Entra sigilosamente en la vida de la familia formada por John y Susanna (Carice van Houten) Farrow después que su idolatrada hija es atacada en su hogar.
La línea entre lo real y lo imaginario se hace borrosa a medida que fisuras comienzan a presentarse en su vida familiar. Ambos niños son aterrorizados por este intruso sin rostro que intenta desesperadamente arrebatarles algo, que quiere poseerlos y que no se irá hasta conseguir lo que desea. Desesperada, Luisa recurre a un sacerdote, el padre Antonio (Daniel Brühl) para exorcizar a su hijo pero no menciona la raíz del terror de su familia y la religión no logra servir de consuelo. John busca la manera de salvar a su hija de algo que él sabe que es real, pero nadie le cree. Pareciera que no hay forma de alejar a Carahueca.